10 Leyendas y tradiciones

Esas cosas invisibles, transmitidas de generación en generación que terminan formando la verdadera esencia de una comunidad.

1.- A Sanjuanarse

La noche de San Juan se celebra en la medianoche del 23 al 24 de junio, ya que marca la fecha en que, según La Biblia, nació San Juan Bautista. En esta noche, los vecinos de Sos, acuden cada año a la Fuente de Calderón a “Sanjuanarse”. Antiguamente antes de la llegada del alba se llevaban los rebaños a beber a los ríos para librarlos o protegerlos de la sarna. La gente también tenía que ir a los ríos a bañarse, porque se decía que el agua bajaba bendecida, y curaba todos los males para el resto del año. A esta manifestación de la gente se le llamaba “Sanjuanarse”. Dice la tradición que la noche de San Juan es la noche más corta del año y también la más mágica, la de antiquísimos ritos paganos y religiosos guiados por el agua y el fuego, elementos contrapuestos.

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2.- Hogueras de San Sebastián

Es tradicional en Sos del Rey Católico la celebración de hogueras en torno a la festividad de San Sebastián, el 20 de enero. En esta noche, y en torno al fuego purificador contra las enfermedades y los malos espíritus, vecinos, amigos y visitantes, se reúnen para comer migas, costilladas o chocolatadas, beber y paliar los pequeños problemas y desavenencias. De esta purificadora forma se pide salud y se afronta el nuevo año que acaba de empezar. Las hogueras más habituales son las que se realizan en la Plaza de la Sartén, La Tahona, Plaza del Mercado, las Afueras y la Tejería.

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3.-Leyenda del portal del Mudo

Esta leyenda popular data del siglo XIX, y más concretamente a principios de este, en el periodo en el que la Villa de Sos del Rey Católico estaba bajo el dominio de las tropas napoleónicas.

Sos estaba totalmente amurallado y los únicos accesos para entrar o salir del recinto eran los 7 portales de la muralla. Cuenta la leyenda… que en aquellos tiempos, un joven labrador de la Villa, Esteban, salió una noche del pueblo. El motivo no está muy claro y unos cuentan que salía a ver a su novia a escondidas fuera de la muralla, otros que era un pastor y salió a ver a sus ovejas, y otros que se trataba de un espía. Sea como fuere, el caso es que los franceses lo vieron y lo apresaron creyendo que era un espía y le torturaron cruelmente intentando hacerle confesar lo que él probablemente desconocía. Esteban, atormentado por las continuas torturas y viendo que no podría soportar más sufrimiento, decidió morderse la lengua con los dientes, arrancándosela y escupiéndola a los pies del oficial que le interrogaba. El oficial francés, conmovido por su heroica muestra de valor, valentía y patriotismo, decidió perdonarle la vida y lo liberó, pero al entrar al pueblo por el Portal de Poniente, cayó al suelo y murió a causa de la gran pérdida de sangre que sufrió. Desde entonces, y en memoria del valiente Esteban, este Portal es conocido como Portalico del Mudo, así como el callejón de acceso a él, se llama igualmente calle del Mudo. En esta calle, una leyenda en el muro, actualmente desaparecida, rezaba: “Viajero que vienes a Sos, no pases despistado por esta calle. Guarda silencio y piensa en el valor de un joven sosiense”.  

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4.-Leyenda del Cristo del Perdón

Hace cientos de años… en una noche cerrada y oscura, encontrose Don Pedro, un apuesto galán de la Villa de Sos, galanteando a su amada joven a través de la ventana de su casa. Después de despedirse de ella, dirigióse hacia su morada por las estrechas calles de la Villa y, como si de un fantasma se tratase, salió una persona de un estrecho callejón, arropada con telas negras y envuelta su cara en ellas para que nadie le reconociese y, sacando su cuchillo, a Don Pedro hundiendo este en su pecho. Don Pedro, sin apenas poder defenderse de su atacante, cayó en el húmedo suelo de la Villa exhalando su último suspiro mientras el desconocido personaje emprendía la huida amparado por la oscuridad de la noche. Los días siguientes, la justicia haría toda clase de averiguaciones para descubrir al asesino de tan infame y mezquino crimen y poder así ajusticiar al causante de semejante fechoría, pero no lo encontró. Pasado un tiempo de este misterioso crimen, Don Ferrán, un joven de Sos, requirió de amores a la joven que pretendiera el difunto Don Pedro, pero esta lo rechazó. Don Ferrán empezó a sufrir horrorosas pesadillas nocturnas que no le dejaban dormir, el remordimiento se adueñó de su alma y estaba sumido en un mundo de visiones donde la sangre y el rostro de Don Pedro no dejaban de aparecérsele en su recuerdo, sufriendo una constante desesperación y terrible angustia. Había conseguido librarse de la justicia humana, pero no de la divina. En su desesperada lucha por encontrar alivio a sus sufrimientos buscó refugio y consuelo en las buenas obras y en la oración, visitando frecuentemente la iglesia y recibiendo con fervor la Sagrada Comunión. Varias veces reveló a su confesor su fechoría declarándole el deseo de entregarse a la justicia, pedir perdón a la madre de Don Pedro y cumplir así con el castigo terrenal que le correspondiera para verse así curado de la tortura espiritual que estaba padeciendo, a lo que el sacerdote se lo prohibió diciéndole que sería Dios quien terminaría con sus sufrimientos. Solía Don Ferrán orar frente al Cristo crucificado de la iglesia de San Esteban y allí en silencio, derramaba lágrimas de arrepentimiento, lágrimas que iban haciendo desaparecer las imágenes de la sangre y rostro de Don Pedro que tanto le atormentaban. Poco a poco fue cogiendo fama de hombre caritativo y piadoso. Un día que se encontraba orando frente al Cristo, entró en la iglesia la madre de Don Pedro, quien, con lágrimas en los ojos le suplicó a Don Ferrán: “Incluye a mi hijo Pedro en tus oraciones y reza para que su alma descanse en paz, y pide también por mí para que pueda encontrar el consuelo y perdón para el asesino de mi hijo”. Tal conmoción causó en Don Ferrán estas súplicas que, inundado en lágrimas, cayó abatido al suelo confesando su crimen y suplicando el perdón de la angustiada madre antes de entregarse a la justicia. La madre, igualmente cayó al suelo mirando con horror al asesino de su hijo. En su alma luchaban el deseo de venganza con los sentimientos del perdón, levantó la cabeza hacia el Cristo buscando una respuesta y vio cómo este adquiría vida, elevando su cabeza, que hasta entonces tenía inclinada sobre su hombro, y abriendo sus párpados, con brillo en los ojos que la contemplaban esperando su decisión. Y mientras Don Ferrán seguía suplicando su perdón, la madre se lo otorgó generosa. Desde aquel momento, la talla del Cristo muestra la cabeza erguida y expresando su mirada una solemne paz y sobrehumana bondad, llamándole desde entonces el Santo Cristo del Perdón.

¿dónde está?

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5.-Leyenda del origen de Valentuñana

Fuera del recinto amurallado, a los pies de Sos y hacia el Valle del Onsella se encuentra el Monasterio de Valentuñana, visible a lo lejos, desde diversos puntos de la Villa. Cuenta la tradición, que a mediados del siglo XIII se apareció la imagen de la Virgen a la vera de la fuente que tiene estos parajes y en su memoria se construye una ermita, existiendo datos históricos de la misma desde 1254 y a la que posiblemente ya acudían en romería los habitantes de la Valdonsella. Se sabe que en 1265 ya poseía molino, pues en un documento del 17 de abril de ese año,”D. Ferrer de Navardún, D. Domingo Sancho Navardún, D. García Bravo y Juan de Navardún, venden a la iglesia de Sos su derecho a molienda en la rueda de Santa María de Balantunyana“, molino que en otro documento anterior de junio de 1198 aparece como fecha de finalización de su construcción. En un principio el Monasterio se llamó de Entrambasaguas, por hallarse en la confluencia de dos pequeños arroyos, situados al pie de Sos del Rey Católico, que allí se reúnen y van a verter sus aguas al río Onsella. Pero hay quien sostiene, que el nombre de Valentuñana deriva o se originó de la fusión de los nombres de Valentín y Ana, propietarios de las tierras donde se apareció la Virgen, dando así nombre a la misma.

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6.- El  Reloj  de  La  Pasión.

 El día de Jueves Santo se celebra por las calles de la Villa, una tradición muy peculiar que había desaparecido, y que recientemente se ha recuperado. Esta tradición se remonta aproximadamente a 1760. En Sos anteriormente la realizaban los niños de las Escuelas Pías, hasta que estas se cerraron, siendo desde entonces los chicos que la parroquia disponía, los que la realizaban este día y durante la Cuaresma. Actualmente la representan voluntarios del pueblo de todas las edades. Sobre el mediodía del Jueves Santo, salen de la iglesia de San Esteban doce personas, representando a los apóstoles, vestidos con túnicas y portando cada uno de ellos una vara de madera en cuyo extremo superior con forma de círculo, están tallados en la madera distintos símbolos alusivos a la pasión de Jesús. Al mismo tiempo que recorren las calles del pueblo, van recitando, con una entonación muy peculiar y característica “El Reloj de La Pasión”. A la vez, una persona lleva una bolsa de tela y va pidiendo “la limosna de Judas” cuya recaudación se destina para sufragar los gastos propios de los participantes o para las cofradías del municipio. “El Reloj de La Pasión” son cantos religiosos, de autor anónimo, formados por estrofas de cuatro versos octosílabos, formando lo que podría llamarse un poema lírico-narrativo. En él se representa La Pasión de Jesús siguiendo hora a hora cada uno de los momentos que, según los Evangelios, padeció Nuestro Señor. El poema abarca desde las siete de la tarde del Jueves Santo, con el lavatorio de pies a sus discípulos, hasta las seis de la tarde del Viernes Santo, hora en que, según el poema, fue enterrado su cuerpo. Todas las estrofas son isométricas, versos octosílabos, en los que se asocian de un modo constante, los elementos de timbre, tono e intensidad en torno a la penúltima sílaba de todos los versos que forman la estrofa para constituir el eje rítmico, que en este caso es isopolar, pues el acento estrófico recae siempre en la séptima sílaba. Se trata, por lo tanto, de un ritmo trocaico. La letra del poema, como ocurre en todas las tradiciones que se transmiten oralmente, va modificándose y adaptándose al lenguaje particular de cada zona, pueblo, comarca o región, si bien, el mensaje es el mismo en todas las versiones, presentando a la consideración de los fieles cristianos, con todo detalle, los hechos que fueron ocurriendo a lo largo del día de La Pasión, invitándonos a la reflexión y al arrepentimiento de nuestros pecados.

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 7.-Leyenda medieval del Perjurio.

Cuenta una vieja leyenda medieval… que por esta zona vivía una pareja de jóvenes enamorados, ella de sangre noble, y él un pobre pastor. Esta virtud impedía la felicidad que ansiaban, por lo que el joven, decidió marchar a guerrear contra los moros y así alcanzar méritos y el rango necesario para poder casar con la joven noble. Así, junto a las aguas de esta fuente, la joven juró que lo esperaría mientras él luchaba en la guerra. Añadido a este juramento, sucedió un hechizo, por el que, si llegara a quebrantar su juramento, su espíritu vagaría por la fuente eternamente. Transcurridos unos años sin tener noticias del joven pastor, y creyéndolo muerto en alguna batalla, la joven doncella acabó entregándose en matrimonio a uno de los muchos nobles que la pretendían. Se celebró la anunciada boda, a la cual asistieron nobles de todas partes y estirpes, entre los que uno, oculto tras su traje de batalla, nadie conocía. El destino quiso que en el mismo instante en el que el sacerdote se disponía a dar la bendición a los futuros esposos, el misterioso caballero interrumpió la ceremonia, y ante el asombro de los allí presentes, se despojó de su yelmo y dándose a conocer como el antiguo amor olvidado, clavó su mirada en la novia (antes su amada) y sentenció: <<Que el señor castigue tu perjurio y te aplique el castigo que tú misma elegiste>>. Desapareció la joven y desde entonces su espíritu vaga por las aguas de esta fuente, recordando para siempre la maldad del perjurio.

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 8.-Las  Auroras.

 A partir de San Miguel (29 de septiembre), y coincidiendo con el otoño, el calendario litúrgico celebra fiestas en honor a la Virgen del Rosario; octubre es el mes destinado al rosario, y en Sos del Rey Católico, se celebran las novenas a la Virgen con rosarios cantados. Son Las Auroras, un canto difundido en el siglo XVII en la cruzada de los Dominicos en defensa del rosario, tratando de que arraigase en la clase popular. Las Auroras son interpretadas de madrugada en las calles, generalmente por hombres que recorren las calles, antes del rosario de la aurora, despertando a los devotos e incitándoles a participar en el rezo,de ahí su nombre de “despertadores” o de “auroros”.  Actualmente en Sos del Rey Católico, “los auroros”, un grupo formado por hombres y mujeres voluntarios del pueblo, se citan temprano en la Plaza de la Villa todos los domingos de octubre y desde allí comienzan a cantar Las Auroras acompañados de diversos instrumentos, como acordeón, bandurria y guitarra y siguen recorriendo las calles cantando las distintas coplas de La Aurora, Las Mañanitas y otros cantos. También en Sos es costumbre, que dichos “auroros” despierten cantando La Aurora a los niños en el día de su 1ª Comunión para felicitarlos y desearles pasen un feliz día junto a sus familiares.

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 9.-Día de La Cruz.

En memoria de las Fiestas Patronales que se celebraban en la localidad el 14 de septiembre, día de la exaltación de la Santa Cruz, se celebra una misa solemne en la iglesia de San Esteban en la que se adora el lignum crucis y se escucha el volteo general de campanas. A día de hoy, la festividad se traslada a agosto, mes de verano para contar con los vecinos que vienen de vacaciones. La Comisión de Fiestas organiza durante toda la semana comidas populares, vaquillas, torico de fuego, bailes y orquestas en el frontón, charangas, mercados, talleres para niños, entre otras muchas actividades lúdico-festivas. ¡Sobre todo mucho vino y mucha gana de fiesta!

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10.- Qué rico el Longuete

 

Es una tradición muy antigua que anualmente los sosienses siguen realizando. Consiste en preparar para cada uno el famoso “Longuete” (pan con tortilla de chorizo) y acudir a la romería que se celebra en el Monasterio de Valentuñana, el domingo y lunes de Pentecostés en honor a la Virgen de Valentuñana, coincidiendo así con las Fiestas o Pascuas de Valentuñana. Seguido a la romería se celebra la Santa Misa y después cada participante en estos actos, busca un buen lugar a la sombra, y si es posible, al lado de la fuente de Valentuñana y se come su Longuete que le sabe a “gloria” a esas horas cercanas a la comida.

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